Cherubina & Friends | Hoy hablamos con Palacio 7 Balcones
Gabriela Represa de la Lastra, licenciada en Derecho y especializada en Asuntos Europeos, tras años en Europa, vuelve a Sevilla para embarcarse en el último proyecto del decorador y empresario Lorenzo Moinet Ybarra, Palacio 7 Balcones, el palacio de moda de la capital hispalense para bodas y eventos premium.
P: ¿Qué te motivó a embarcarte en un proyecto como Palacio 7 Balcones?
R: Desde que Lorenzo me enseñó su proyecto, supe que iba a ser el place to be para bodas en Sevilla. ¡Y a la vista está!
Palacio 7 Balcones es un lugar más que singular, no sólo desde el punto de vista arquitectónico, pues fue Aníbal Gonzalez quien hizo la primera remodelación a principios del S.XX, sino también por sus maravillosos jardines, proyectados por el paisajista Forestier, y su perfecto enclave, a tan solo 5 minutos de Sevilla.
En definitiva, para mí representa un lugar súper trendy y la alternativa perfecta para quienes quieren que su boda sea única. Me parece, además, un plus a considerar, la cantidad de espacios y escenarios para hacer de cada fotografía una obra de arte, que siempre guarden los novios.
P: Hasta la fecha, como nos has contado, has trabajado en un sector diferente ¿cuál es tu aportación en Palacio 7 Balcones?
R: Sí, los últimos cuatro años he estado trabajando en Bruselas y anteriormente he vivido en otros países. Mi trabajo requería el conocimiento al detalle del protocolo, pues me relacionaba diariamente, además de en mi lengua materna, en inglés y en francés, con dirigentes de las Instituciones Europeas en eventos y proyectos de toda índole.
Asimismo, en la esfera personal, he acudido a bodas y eventos culturales por toda Europa, desde París, Londres, Roma y Berlín hasta Polonia, Países Bajos o Austria. ¡No he parado! Puede decirse que sin darme cuenta he ido adquiriendo el savoir faire de las bodas y eventos, extrayendo las mejores ideas, para plasmarlas ahora en Palacio 7 Balcones.
P: Y ¿cómo se traduce esto en las bodas y eventos premium de Palacio 7 Balcones?
R: Pues desde la elección de las vajillas, la cristalería y el menaje, - siendo destacable que el palacio cuenta con una gran colección de Limoges, Viejo París o Compañía de Indias, entre otras - pasando por una majestuosa decoración floral, - que también se hace en el palacio, con hortensias, peonías, rosas, lirios, etc., según las preferencias de cada cliente - y cuidando cada y uno de los platos que salen de los fogones de la cocina de palacio, en exclusividad para 7 Balcones.
Se trata, además de ofrecer el espacio, de proporcionar un servicio made to measure a los clientes, guiándoles en el proceso, para que que todo quede a la perfección en el día más importante de sus vidas.
P: ¿Cuál es tu lugar preferido del palacio?
R: Sin duda alguna el torreón principal. Me parece la joya del inmueble a la par que su insignia, pues cuenta con 7 balcones. Ésta, junto al resto estancias del palacio, se les ofrece a los novios para poder cambiarse antes de la ceremonia, para que se sientan como en casa, y poder retratar ese momento tan especial, con unas maravillosas vistas al jardín.
Otro espacio, aunque más dieciochesco, para novias que buscan un toque diferencial, es el office contiguo al torreón, que cuenta con una vitrina repleta de tazas, cristalería, platos antiguos y piezas únicas, perfectas como fondo de cualquier fotografía.
P: Lorenzo, ¿nos cuentas un poco más de tu trabajo como empresario y decorador?
R: Sí, reformo inmuebles singulares con alto valor arquitectónico, volviendo a darles vida. Esto no solo implica, una línea decorativa homogénea sino también su puesta en valor.
Así, trato de convertirlos en un centro neurálgico desde un punto de vista social, como en mi anterior proyecto, el Palacio Duarte, por el que pasaron personalidades relevantes Jean Paul Gaultier, Pau Gasol o Penelope Cruz y marcas de lujo como Bvlgari, Dior o Dom Pérignon, entre otras.
P: Gabriela, finalmente ¿qué razones les darías a las novias por las que elegir Palacio 7 Balcones?
R: Para mí, Palacio 7 Balcones tiene, un je ne sais quoi, indescriptible, de elegante, singular y majestuoso que lo hacen único. El lugar perfecto, para la novia perfecta.
